YOO Quito

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La estilizada torre YOO Quito lleva la naturaleza al corazón de la capital de Ecuador y la entrelaza con una forma de vida de lujo. En colaboración, Arquitectonica y Philippe Starck crearon un espacio basado en tres temas: cultura, naturaleza y un diseño minimalista. El proyecto forma parte de una fase más grande compuesta por cuatro desarrollos principales diseñados de manera colaborativa por reconocidos expertos en desarrollo inmobiliario, diseño industrial y arquitectura.

El edificio YOO Quito tiene una silueta esbelta y ondulante, con vegetación que se impone en la base y la última planta. En los espacios interiores, los diseñadores combinaron el diseño regional tradicional con una estética minimalista más moderna. Materiales como vidrio, metal y concreto, además del follaje y una paleta de colores neutros, dominan tanto el interior como el exterior del edificio.

Las cubiertas de vegetación de la construcción están diseñadas para bloquear, filtrar y reflejar la radiación solar. También ofrecen protección contra el ruido. El vidrio transparente asegura abundante luz natural, mientras que la tecnología inteligente utilizada en toda la construcción contribuye a disminuir el consumo de energía. YOO Quito es uno de los edificios más altos de la ciudad.

La situación en el terreno, con distintos frentes, requiere una solución multidireccional. Todos los frentes son importantes, por lo que la torre exige una presencia de naturaleza escultórica.

La torre interior propiamente dicha es un rectángulo minimalista y funcional, casi como una casa del purista Mies van der Rohe. Este núcleo de vidrio cumple la misma función que el tronco de un árbol, sólido y racional. Pero de este tronco salen plantas libres orgánicas, como si fueran ramas pobladas de hojas que forman capas horizontales. Así, el edificio mismo se convierte en una forma orgánica. Las esquinas desaparecen y las curvas unifican las fachadas, que se transforman en una sola en vez de en cuatro. No hay fachadas frontales, traseras ni laterales.

La ondulación de las plantas horizontales varía de un piso a otro y así, crea una forma amorfa y natural. La fluidez de la torre genera la impresión de que fue creada por la naturaleza; incluso, hasta podría pensarse que el viento produce un ritmo cinético que convierte la torre en una estructura dinámica en vez de estática.

En la Punta de la Torre hay un nido, o una nube, un elemento naturalmente del cielo. Está suspendido en una terraza, en la cima de una especie de casita de árbol.

Ubicación Quito, Ecuador
Servicios Planificación maestra, Arquitectura
Tamaño 103,000 pies cuadrados / 9,600 m2
ES